A días del inicio del juicio por jurados por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, la madre de Lorena Saucedo, Francisca Rivero, recordó el primer proceso de este tipo en la provincia. Su hija fue asesinada en 2019 por Fernando Aguirre, un hombre con múltiples denuncias previas.

A 18 días del inicio del esperado juicio por jurados por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, la memoria vuelve al primer caso que abrió en la práctica judicial chaqueña la participación ciudadana: el juicio a Fernando Aguirre por el homicidio de Lorena Saucedo, que en noviembre de 2019 terminó con una condena de 28 años de prisión.
Esa experiencia, su desarrollo, sus heridas y la sensación de que la justicia a veces llega tarde, resuena hoy en la voz de las familias víctimas y, sobre todo, en la de Francisca Rivero, madre de Lorena, que este viernes contó su historia en Radio Libertad.
El caso Saucedo fue el primer juicio por jurados celebrado en la provincia: 12 ciudadanos en el estrado, nueve testigos y un veredicto unánime que declaró culpable a Aguirre por el homicidio de Lorena —ocurrido el 27 de febrero de 2019 en el barrio Villa Facundo— y por las tentativas de homicidio contra su hermana Yolanda y el hijo menor de esta.
La jueza técnica Alicia Cáceres unificó la pena en 28 años, marcando un antes y un después en la forma de impartir justicia en Chaco.
“Para mí la justicia no hizo el trabajo como tenía que hacer”, dijo Francisca esta mañana, y repasó el calvario que la familia vivió desde las denuncias previas hasta el día del ataque.
Rememoró que hubo múltiples denuncias contra el agresor: “Eran como 27 denuncias”.
La experiencia del jurado, explicó Francisca —quien además fue testigo durante el proceso—, fue novedosa y dolorosa a la vez. “Para nosotros era algo nuevo… no pensamos que iba a llegar muy pronto al juicio de mi hija”, afirmó.
Lili, su hermana, recordó la incertidumbre y la desconfianza que sentía la familia al dejar la decisión en manos de “gente común y corriente”: “La verdad era mucha incertidumbre… muchas veces la justicia cometió errores”.
Más allá del veredicto, la familia Saucedo reclama cambios estructurales que eviten que otras madres sufran lo mismo.
En la entrevista surgieron críticas al sistema de protección: “El botón antipánico no sirve en primer lugar porque nosotros vimos con mi sobrina que no sirvió”, dijo Francisca, cuestionando la política pública que espera que la víctima sea quien active su propia salvación.
“Si esa es la política de Estado para cuidarnos, no les importamos”, añadió, con voz quebrada.
El relato de las mujeres de la familia no es sólo una memoria del caso: es una advertencia. Francisca pidió espacios para que “las madres del dolor” puedan encontrarse, contarse y acompañarse, y reclamó mayor sensibilidad de los medios: “Tenemos muchos medios hoy que parecen al favor de los asesinos porque no cuentan la pura realidad”, dijo, y pidió un periodismo que ayude a visibilizar la verdad de las víctimas.
Antes de despedirse, Francisca dejó una frase que resume el tono de su lucha: “Todos los días ella está conmigo”. Es la certeza íntima de una madre que, pese al dolor, sigue reclamando justicia para su hija y para todas las mujeres que aún esperan que el Estado cumpla su parte.
EL HECHO
El 27 de febrero de 2019, en el barrio Villa Facundo de Resistencia, Fernando Aguirre, quien había sido denunciado reiteradas veces por amenazas y violado una restricción perimetral, llegó al domicilio de las hermanas Saucedo y efectuó al menos cinco disparos con arma de fuego.
Uno impactó en el brazo de Lorena Saucedo, provocándole una hemorragia interna que le causó la muerte.
En el ataque también fueron blanco Yolanda Saucedo (hermana de la víctima) y Brian, su hijo menor, quienes sobrevivieron.
Pocos meses después, en el primer juicio por jurados de la provincia (noviembre–diciembre de 2019), el jurado declaró culpable a Aguirre por el homicidio de Lorena y las dos tentativas de homicidio; la jueza técnica unificó la pena en 28 años de prisión efectiva.