Entre lágrimas y oraciones se rindió homenaje a las madres fallecidas

En una mañana cargada de sentimientos, las familias se acercaron al cementerio San Francisco Solano para dejar flores y compartir recuerdos. Mucha gente asistió a la misa

El cementerio San Francisco Solano de Resistencia fue escenario de una de las jornadas más emotivas del año. Bajo un cielo despejado y un viento fresco que alivió el calor, cientos de familias chaqueñas se acercaron para rendir homenaje a sus familiares fallecidas en el marco del Día de la Madre, celebrado en todo el país el tercer domingo de octubre.

La misa frente al Osario del cementerio San Francisco Solano reunió a decenas de familias que rindieron homenaje a sus madres fallecidas.

A pesar de las persistentes lluvias de la última semana, los caminos internos del cementerio se mantuvieron transitables, aunque algunos nichos permanecieron parcialmente cubiertos por el agua. Sin embargo, el tiempo acompañó y permitió que la tradicional misa frente al Osario se desarrollara con gran concurrencia, en un clima de recogimiento y fe.

AMOR QUE TRASCIENDE LA AUSENCIA

«La venta en estos días especiales repunta mucho. Particularmente este año vino mucha gente a participar en la misa frente al Osario», contó Luján Martínez, vendedora de flores en la entrada del camposanto. Los precios de los ramos oscilaron entre 5000 y 15000 pesos, según la variedad y el tamaño.

Entre quienes se acercaron a rendir homenaje estuvo Lidia González, vecina de 60 años, que visitó las tumbas de su madre y su abuela. «En estas jornadas las emociones afloran por el recuerdo permanente de aquellas personas que nos dieron amor», expresó conmovida.

También participó Carlos Quiroz, de 54 años, quien se moviliza en silla de ruedas: «En estos días especiales tenemos un cronograma para compartir con la familia: venimos al cementerio, participamos en la misa y después nos vamos a casa a comer un asado».

La lluvia de los últimos días afectó parte del cementerio, pero no impidió que los vecinos se acercaran a rendir homenaje.

La jornada tuvo un tono particularmente sensible para Florencia Díaz, una joven de 20 años que perdió recientemente a su madre. «Si bien ella no está físicamente, las enseñanzas que nos dejó es su manera de acompañarnos desde la eternidad», reflexionó.

UNA JORNADA DE FE Y MEMORIA

La parroquia San José Obrero, con sede en calle Molina 585, fue la encargada de organizar la celebración litúrgica bajo el lema: «El amor de una madre es el primer hogar que todos conocemos».

El encuentro combinó oración, recuerdo y agradecimiento, manteniendo viva una tradición profundamente arraigada en la comunidad chaqueña: la de rendir homenaje a las mujeres que dieron vida y amor incondicional.